UNIVERSIDAD PARA RATONES

3x3m, instalación, performance, website.
ArtPublic, Valencia. 2007.




>myspace<
>blog<
>flickr<

En Universidad para ratones Jose Begega se convierte en el fotógrafo de un parque temático y se apropia de la iconografía Disney para fotografíar a los alumnos con orejas de Mickey. Armado con una polaroid fotografía el espectro de la sociedad universitaria de forma crítica e irónica.

Universidad = Parque temático
Mickye Mouse paradigma de la sociedad contemporánea

En este siglo  XXI, creemos necesario hacer una reflexión sobre el papel que ha ocupado la universidad dentro de la sociedad que la rodea. Proyectos de arte público o de concienciación social son escasos y los pocos que se producen casi siempre adolecen de tener un punto de vista  endogámico que reflexiona sobre la propia burbuja arte-sociedad. Queda  ya lejos primavera del 68 en Praga y mayo en Paris, la universidad española como foco de rebeldía social, de alternativas democráticas, y expresión de los malestares sociales en el ocaso de la dictadura. Ahora la universidad ha dejado de ser esa atalaya de opinión y reflexión política, social y cultural. Huelga decir que sigue habiendo personal docente que es puntero en el análisis social del mundo o bien que están inmersos en la política y la cultura de nuestro país, sin embargo los estudiantes generalmente desaprovechan esta circunstancia. Se ha perdido el espíritu de debate, la creación de clima de crítica y ahora se acude a la universidad asumiendo ciegamente que gracias a esos estudios podrás triunfar en la vida, por el mero hecho de terminar la carrera. La mayor parte de los estudiantes van a la universidad sin criterio propio, como quien va a Disneylandia, y así realizan sus estudios ajenos al significado social original, evitando en lo posible cualquier cuestionamiento de la realidad, aceptando la alienación cultural y política como hecho natural, con el único interés de obtener un título que le permitirá pagar una hipoteca y los pañales para el bebé. La comunidad universitaria se toma su cervecita en el bar riendo de programas como Gran Hermano, sin darse cuenta de que vivimos precisamente sumergidos en ese control integral que George Orwell anticipó tan nítidamente.