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Video instalación sonora interactiva.
F de Ficción, Can Felipa, Barcelona. 2013.


 


Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la familia “es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad”. Motivos más que suficientes como para que la estructura familiar deba ser protegida por la sociedad y el Estado, sirviendo de ejemplo concreto sobre las actuaciones de la biopolítica sobre los individuos, en este caso agrupados colectivamente por ciertos vínculos de afinidad. La naturalización de la estructura familiar dentro de la construcción social desemboca, así mismo, en una naturalización de los roles que nos toca asumir dentro de ambas, la familia y la sociedad. Sin embargo, como apunta 8, de Jose Begega, aquello que consideramos como natural pudiera ser el resultado de procesos que tienen bastante que ver con la ficción, entendida como construcción artificial y naturalizada de la identidad. La familia, más que una estructura natural, vendría a ser un arquetipo.

es una instalación que consiste en la reformulación de un trabajo anterior del artista en el que construye ocho personas ficticias a través de los roles y vínculos familiares de diferentes individuos reales. Para la creación de estas ocho personas donde se mezclan ficción y realidad, en una suerte de collage identitario, se encarga a un dibujante ambulante la realización de ocho dibujos en los que se combinan los rasgos de las personas elegidas para colaborar en el proyecto, próximas al artista. El rostro resultante carece de un nombre propio, asignándole un número cuya intención es descargarlos de ese componente personal e intransferible para emplazarlos dentro de un prototipo identitario. Estos ocho dibujos se acompañan de ocho narraciones sonoras cuyo material procede de entrevistas a esas mismas personas con preguntas específicas en torno a las personas que componen sus respectivos universos afectivos, desde familiares a parejas, pasando por los amigos. En la edición de estos audios se practica una manipulación de los relatos que unen los diversos roles afectivos, sin dejar claro en ningún momento quien se corresponde con quien. El universo afectivo se presenta como construcción, como una ficción posible entre otras que no han sido practicadas.

Teniendo en cuenta que la estructura familiar se construye también desde la ficción y a través de arquetipos aspiracionales, 8 incorpora en el espacio de la exposición un nuevo elemento: la presencia de una grabación en audio en la que aparece un actor relatando una película en la que predomine alguna de las relaciones familiares sobre las que se asientan esas ocho personas ficticias. Ambas partes de la instalación están conectadas entre sí y necesitan la presencia de al menos dos espectadores que las activen, enfatizando el carácter colectivo y frecuentemente bidireccional de la construcción familiar.

 

Texto de Sónia Fernández Pan.