INFORME #01

imagen y texto. 2010.

INFORME #01

El sujeto ingresa hace tres meses en el centro derivado del Hospital General con un diagnóstico de trastorno por personalidad múltiple. Durante la primera evaluación, el sujeto se muestra confuso, con pobre desorientación espacio-temporal y no mantiene un discurso coherente, con habituales neologismos y tangencialidad. Observo abatimiento. Intento explorar estado clínico y emocional. Es infructuoso, el sujeto se limita a tocarse la cara en silencio.

Durante el segundo examen, realizado a los quince días del ingreso, el sujeto se muestra más centrado, responde adecuadamente y es capaz de mantener una conversación coherente, aunque permanece la confusión sobre su identidad. Refiere que no se reconoce ante su imagen, pero cuando se le solicita que valore su propia imagen en un espejo, el paciente devuelve que no sabría cómo calificarlo. Inspecciona lentamente sus propios rasgos en el espejo. Intento explorar recuerdos previos a la intervención, pero el paciente refiere no recordar con claridad su pasado, aunque tiene imágenes difusas que no logra identificar. Se muestra algo más animado que en el anterior examen.

El tercer examen se realiza a petición del propio paciente. Acude excitado y emocionado para comunicarme que está descubriendo que tiene cualidades que otras personas que hay a su alrededor manifiestan no tener. Ello le produce satisfacción. Verbaliza que sus sentidos se han visto aumentados, aunque le generan malestar los sonidos agudos, olores fuertes, que al resto de personas no parecen afectar. Se reconoce en las fotografías sin dificultad, incluso valora lo adecuado o no de la vestimenta realizando bromas sobre hechos acaecidos el día en que se realizaron las fotografías. Cuando exploro el posible deseo de regresar a su estado anterior, no comprende que en el pasado fuese de otra manera, y está elaborando planes para cuando se le dé el alta. Es desconcertante cuando reitera que por fin se siente completo, aunque no sabe aclarar la razón.

El equipo del hospital valora la idoneidad de mantener el diagnóstico del paciente como un trastorno de personalidad múltiple. No parece que haya afectación emocional, sufrimiento, ni deterioro alguno en su funcionamiento general. Se adapta con facilidad. Coincidimos en trabajar la conciencia por parte del paciente de ciertas conductas inadecuadas socialmente como los hábitos de ingesta, desinhibición sexual y agresividad ante los conflictos. Al final de la entrevista, reconoce que en el pasado se sentía muy solo, pero no sabe la razón.

El cuarto examen se realiza nuevamente a petición suya. Le traslado las dudas del equipo sobre su etiqueta diagnóstica y el cuadro clínico que presenta. Muestra asombro cuando le informo de que su caso merece estudio, no comprende la razón. Se mantiene sereno toda la sesión, solicitando feedback de alguna de sus afirmaciones para comprobar que he entendido el mensaje que me quiere transmitir. Manifiesta con lucidez y claridad que no comprende por qué su realidad podría ser catalogada como patológica, ya que él se siente muy bien, se identifica con lo que es (aunque no quiere catalogarse en ninguna etiqueta identificativa), ha adquirido la normalización social del comportamiento, tiene proyectos y, sobre todo, insiste, es feliz y tiene alta motivación por comenzar a vivir fuera del centro. Verbaliza de forma insistente que está satisfecho de ser quién es y cómo es, preguntándome de forma jocosa si yo mismo también me planteo al despertarme quién soy y cómo soy. Confiesa que él ya no lo hace, y que espera con ansiedad recibir el alta para poder recuperar su vida y seguir explorando cualidades y dificultades que todavía no ha podido observar debido al ingreso.

El quinto y definitivo examen se realiza a petición mía. Le traslado que todas las evaluaciones que se le han realizado nos indican que su estado clínico es satisfactorio, y que ninguna de sus conductas es compatible con algún criterio diagnóstico del trastorno de personalidad múltiple, por lo que se va a proceder al alta inmediata. Terminamos la reunión de una forma distendida, solicitándome que le cuente algunas cosas de mi pasado. Cuando acabo, me pregunta si realmente es tan importante tener un pasado como querer tener un futuro. Quedamos en que se llevará un seguimiento semestral durante los próximos años. Firma el parte de alta y nos despedimos. Procedo al archivo del historial.